El Depósito de Garantía

El depósito de garantía en los Alquileres es una suma de dinero que el arrendador puede conservar para el caso de que la propiedad arrendada necesite limpieza o reparaciones, a fin de devolver el inmueble a las condiciones en las que se encontraba cuando se mudó el inquilino.

Los propietarios no pueden realizar deducciones de un depósito en seguridad por los elementos afectados únicamente por el desgaste y el deterioro habituales.

¿Qué se puede deducir del depósito de GARANTIA y qué no?

Para aclarar este punto, los siguientes son algunos ejemplos de elementos que los PROPIETARIOS PUEDEN DEDUCIR DE MI DEPOSITO DE GARANTÍA UNICAMENTE LO QUE CORRESPONDE A DAÑOS EXTRAORDINARIOS:

• excesiva cantidad de orificios en las paredes de cuadros colgados, pantallas o repisas;
• azulejos o accesorios rotos en los baños;
• baños inhabilitados por uso indebido;
• paredes rotas;
• tener que quitar pintura colocada por el arrendatario;
• rasgaduras, orificios o marcas de quemaduras en alfombras o cortinas o muebles;
• daños provocados por animales domésticos;
• ventanas quebradas o mosquiteros reventados;
• puertas y llavines dañados;
• electrodomésticos dañados por negligencia;
• excesiva suciedad en cualquier punto del inmueble;
• desagües obstruidos por uso indebido o negligencia;
• exterminio de plagas si el inmueble fue entregado fumigado;
• excesivos hongos y moho en el baño;
• baños excesivamente sucios

Lo que no se puede considerar obligación del Inquilino cubrir:

La siguiente es una lista de elementos que suelen considerarse parte del desgaste y deterioro normal y que, de acuerdo con las leyes sobre depósitos en garantía, no pueden deducirse de un depósito en garantía:

• pintura o descolorida por la luz del sol o sucia por el tiempo;
• plomería rota por el uso normal;
• persianas y cortinas sucias;
• alfombra desgastada por el uso normal;
• marcas de muebles en la alfombra o el piso;
• puertas retorcidas por la antigüedad, la temperatura o la humedad;
• ventanas retorcidas por el flujo del vidrio;
• abolladuras en las paredes por los picaportes;
• electrodomésticos rotos, siempre que no sea por uso indebido;
• polvo;
• cortinas descoloridas;
• bombillas rotas;
• reemplazo de baterías para detectores de humo;
• orificios para cuadros en las paredes, siempre que no sean demasiados.